NUESTRA METODOLOGÍA

“Quien se atreve a enseñar nunca debe dejar de aprender” John Cotton Dana

Es un hecho innegable que tanto nuestra manera de enseñar como de aprender ha evolucionado mucho en los últimos años. Nuestras necesidades e intereses como sociedad han cambiado, y si no queremos quedarnos atrás, tenemos que subirnos al tren de un nuevo modelo de enseñanza. Para ello, es imperante que nos adaptemos al contexto actual. Tener una visión muy clara del punto de partida y salida, sin perder de vista el proceso hasta alcanzar nuestros objetivos, nos ayudará a llevar a cabo esta misión.

Es necesario partir de una mirada autocrítica en nuestra manera de enseñar. Porque… ¿realmente podemos dar por hecho que nuestro alumnado ha aprendido, únicamente porque le hemos enseñado? ¿Qué es verdaderamente aprender? ¿y qué es enseñar?

Nuestro objetivo es situar al alumnado en el centro de la educación. Convertir a nuestro alumnado en creador de su propio aprendizaje. Dejando a un lado ese enfoque tradicional de la enseñanza que, considera a los y las estudiantes, como receptores pasivos de la información.

Para ello, proponemos un enfoque actual basado en las metodologías activas. Empezaremos por una definición formal para entender mejor los principales rasgos que describen una metodología activa:

“Una Metodología Activa es un proceso interactivo basado en la comunicación profesor-estudiante, estudiante-estudiante, estudiante-material didáctico y estudiante-medio, que potencia la implicación responsable de este último y conlleva la satisfacción y enriquecimiento de docentes y estudiantes (López, F. , 2005)”.

Este nuevo enfoque cuenta con elementos que van a requerir de la implantación progresiva de una dinámica de clase diferente, como son la comunicación, los roles, los materiales de clase y, al fin y al cabo, un cambio en el proceso de aprendizaje centrado en la enseñanza, a un aprendizaje centrado en el aprendizaje.

Es por ello por lo que estas metodologías ponen el foco en varios ejes fundamentales, como son la comunicación efectiva, la realización de actividades significativas, la participación activa en la clase (y también fuera de ella) y la autonomía en el aprendizaje de nuestro alumnado. El alumnado pasa a investigar, a descubrir, a aplicar en diferentes contextos los conocimientos adquiridos y, sobre todo, a crear.

Son varias las metodologías activas existentes, haciendo cada una de ellas hincapié en aspectos muy diferentes, por lo que deberemos ser muy conscientes, y conocer muy bien tanto nuestra realidad como la de nuestro alumnado, así como nuestras propias capacidades para seleccionar si aplicar una u otra o varias a la vez.

Nuestro objetivo es aplicar progresivamente alguna de estas metodologías, bien por separado, o de manera conjunta, teniendo en cuenta nuestro contexto escolar, las necesidades de nuestro alumnado y nuestros recursos materiales y humanos.

También añadir, que algunas de las barreras con las que nos encontramos a diario son, por ejemplo, las dificultades de aprendizaje que tiene nuestro alumnado: sus diferentes ritmos de aprendizaje, la falta de motivación, la falta de cohesión del grupo, la baja participación en clase, los malos resultados en las evaluaciones o la desconexión de nuestra asignatura con la realidad, entre otras.

Puesto que somos centro preferente TEA, y contamos además, con alumnado con necesidades educativas de aprendizaje muy diversas, la aplicación de estas metodologías activas puede ser un potente aliado para dar una respuesta educativa adaptada a las necesidades del mismo.

Este tipo de enseñanza se caracteriza por ser inclusiva y respetuosa con los diferentes ritmos de aprendizaje que coexisten en un aula; dos aspectos fundamentales si queremos llevar a cabo un aprendizaje significativo que de una respuesta adecuada a cada una de las individualidades del aula.

Descubrir, desarrollar y aplicar estas metodologías puede ayudarnos a conectar mejor con nuestro alumnado ACNEAE. Debemos crear un espacio dentro del aula, que favorezca y potencie el sentimiento de pertenencia al grupo, al centro y a la sociedad, alejado de modelos que apartan y aíslan. Lograr esa sensación de pertenencia, de estar en su lugar, lleva al alumnado a disfrutar del proceso de aprendizaje, obteniendo así mejores resultados.